¿Cuántas veces has puesto el grito en el cielo al recibir la llamada de un número desconocido u oculto ofreciéndote publicidad? Compañías de telefonía, aseguradoras… da igual quién te llame, pero seguro que más de una vez al descolgar el teléfono y darte cuenta de que “otra vez has caído en la trampa”, te han dado ganas de lanzar más de un improperio.
Por si fuera poco el bombardeo publicitario, de un tiempo a esta parte se han puesto de moda las llamadas comerciales de números que, insistentemente y durante días, te llaman una y otra vez, pero al descolgar se quedan en silencio o cuelgan. 919916297, 912587075 o 910768020 son algunos de esos misteriosos números que pueden haberte vuelto loco con incesantes llamadas en un solo día. Si ya no puedes más y quieres acabar con el problema de raíz te damos una alternativa: la Lista Robinson.
¿En qué consiste?
Si quieres alejarte de la publicidad imprevista e irte a una isla desierta a lo Robinson Crusoe (figuradamente hablando, por supuesto) te damos la solución: inscríbete en la Lista Robinson cuyo nombre viene, de hecho, del famoso personaje novelesco. Con esta lista se supone que consigues aislarte, pero no de todo el mundo como Crusoe, sino de la publicidad no deseada.
Y es que se trata de un sistema de registros donde puedes elegir a la carta qué empresas quieres que dejen de molestarte, ya sea vía telefónica, por mail, SMS e incluso correo postal. Y no te preocupes de posibles represalias económicas ya que el servicio es totalmente gratuito.
¿Cómo puedo apuntarme?
Inscribirse en esta lista “mágica” es muy sencillo. Deber entrar en su página web www.listarobinson.es, completar una ficha con tus datos personales y elegir a los medios que quieres perder de vista en cualquiera de los soportes que te ofrece.
Eso sí, recuerda que si previamente habías dado tu consentimiento para recibir publicidad a una de las empresas elegidas, toda la magia de la Lista Robinson pierde su fuerza, ya que no tiene efecto. Deberás revocar el consentimiento que otorgaste a dicha empresa, pero no desde la lista, a no ser que se trate del canal telefónico.
¿Ángel o demonio para las empresas?
Aunque como reza el dicho popular, “hecha la ley, hecha la trampa”, el caso es que las empresas, con la nueva Ley Orgánica de Protección de Datos del 25 de mayo, están obligadas a consultar dicha lista siempre y cuando se trate de acciones publicitarias utilizando fuentes de datos abiertas al público o cuando las acciones son en favor de terceros, es decir, cuando el anunciante no es el titular de la base de datos utilizada.
Se acabaron las campañas de marketing invasivas. Ahora toda empresa que quiera tener el expediente impoluto y evitar posibles sanciones económicas debe ejercer su actividad publicitaria previo consentimiento del usuario.
Sin embargo, a pesar de lo engorroso del sistema, puede tener su parte positiva para las empresas. Aporta un plus de prestigio al mostrar una imagen de mayor cumplimiento y respecto hacia la privacidad de los usuarios.
¿Realmente funciona?
Como todo en la vida la Lista Robinson tiene, según sus propios usuarios, luces y sombras. ¿Y si existe una fuga de datos? ¿Y si empresas que antes desconocían nuestra existencia al consultar la Lista ven nuestros datos? Sea como sea, si te pica la curiosidad lo mejor será probarlo… o no.