La breve respuesta sería sí. Un estudio realizado por George Land, revela que en origen los seres humanos somos creativos, pero cuando crecemos nos convertimos en unos seres no-creativos. La creatividad es una habilidad que se puede desarrollar y un proceso que se puede gestionar.
La creatividad comienza con una base de conocimiento, aprendiendo una disciplina y dominando una forma de pensar. Puedes aprender a ser creativo experimentando, explorando, cuestionando suposiciones, usando imaginación y sintetizando información. Aprender a ser creativo es similar a aprender un deporte. Se requiere práctica para desarrollar los músculos adecuados y un entorno de apoyo en el que florecer.
Los estudios realizados por Clayton M. Christensen y sus investigadores descubrieron el Innovators DNA: su capacidad para generar ideas innovadoras no es simplemente una función de la mente, sino también una función de cinco comportamientos clave que optimizan su cerebro para el descubrimiento:
1.- Asociar
Establecer conexiones entre preguntas, problemas o ideas de campos no relacionados
2.- Interrogar
Plantear consultas que desafían la sabiduría común
3.- Observar
Analizar el comportamiento de los clientes, proveedores y competidores para identificar nuevas formas de hacer las cosas
4.- Redes
Conocer gente con diferentes ideas y perspectivas
5.- Experimentar
Construyendo experiencias interactivas y provocando respuestas poco ortodoxas para ver qué ideas emergen
Sir Richard Branson, creador de Virgin Records, afirma que la creatividad es una práctica, y si lo practicas utilizando estas 5 habilidades, ya mencionadas, todos los días, desarrollarás tus capacidades creativas e innovativas.
Fuente vía Creativity at Work