Ya sabemos que un buen diseño para un producto es algo muy importante. El diseño es la base del producto, aunque sin contenido tampoco tenga sentido.
Pero hoy en día, el consumidor se ha vuelto exigente, y tiene las ideas claras. Y es que el éxito de un producto ya no depende simplemente de un diseño, sino que va más allá. Y de ahí viene lo que se llama diseño emocional.
El diseño emocional es el diseño orientado a las personas, a los consumidores. Hace referencia a todos aquellos aspectos del diseño de productos que crean lazos con el usuario que ve más allá de lo racional. Se ha pasado de diseñar cosas prácticas, es decir, que funcionen bien, a productos que se disfruten, que hagan florecer las emociones. Nos sentimos más vinculados a los productos que son cercanos. Por lo tanto, la personalización es la que marca la diferencia.
El diseño puede provocar emociones, y es por eso que ya no es suficiente con que los productos sean simplemente funcionales. Los consumidores no se conforman con la funcionalidad de un producto o con que tengan un aspecto agradable a la vista. Buscan generar un vínculo más profundo, emocional. Y es que es posible estrechar vínculos emocionales con el producto.
Ya no nos limitamos simplemente a usar un producto, sino que establecemos una relación emocional con él. Y es que nuestra reacción respecto a un producto no está determinada simplemente por lo bien que pueda funcionar, sino por el aspecto que tiene, si nos parece bonito, e incluso por la nostalgia que suscita en nosotros, entre otras cosas.
Hay que diseñar para que los resultados se adapten realmente a las personas. Las cosas atractivas funcionan mejor. Pero no es una tarea fácil diseñar productos placenteros y agradables para “conquistar” al consumidor. Es por eso que hoy te traemos seis claves para un diseño emocional:
1. Integrar al consumidor
Por ejemplo, cuando se le involucra al comprador de un producto con experiencias poco convencionales.
2. Renovación constante
Hay productos que deben de ser renovados con cierta periodicidad, y ofrecer siempre experiencias capaces de llegar a las emociones de los espectadores. Por ejemplo, productos audiovisuales, spots, carteles, etc.
3. Brevedad
La brevedad se refiere a una síntesis visual capaz de impactar a un consumidor. O a la contundencia del mensaje en un vídeo breve.
4. Productos personalizados
Una de las maneras de cautivar a un consumidor es personalizar los productos. Por ejemplo, que el propio consumidor pueda seleccionar el color de su producto, o que este posea su nombre.
5. Contar historias
Si un diseño o producto tiene detrás una historia, será más fácil relatar experiencias que generan vínculos emocionales con el consumidor. Es por eso que a las marcas de toda la vida les resulta sencillo conectar con sus clientes.
6. Diseño social
Cuando un diseño tiene un contenido social o un mensaje destinado a alguna causa noble, es más sencillo generar vínculos con el consumidor.
Y es que la clave de la comercialización exitosa de un producto depende de muchas cosas: la personalización, la diferenciación, de tener en cuenta todas esas emociones que giran en torno a la utilización de cualquier diseño, de adaptarse a las personas, de que sean prácticos, se disfruten y resulten intuitivos. Y es que es importante lograr un vínculo más profundo con el consumidor.
Fuente vía Paredro