El estudio está situado en una antigua fábrica de metal, en la que destaca una estructura de acero que la atraviesa de lado a lado. Esta estructura causaba problemas para cumplir el deseo del estudio de tener dos plantas, ya que la distancia entre ésta y el techo era demasiado pequeña para la distribución de una oficina tradicional de suelo y mesas. Por tanto, se creó un entarimado sobre ella.
En el primer nivel de la nave las “estaciones” de trabajo individuales se colocan al lado de la ventana. Una espectacular mesa-escultura verde se usa para actividades comunales, reuniones, etc.
Informal y curva, la escalera central recuerda a una gota de agua enorme a punto de caer del techo. Al subir, un ambiente saturado de rojo brillante envuelve y rodea al individuo, marcando la transición entre las diferentes áreas de la oficina. El color se repite en el segundo piso para acentuar la diferencia entre áreas de trabajo y descanso.
Vía: Diariodesign
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Vaya pasada! La verdad es que es una buena manera de despachos independientes sin que lo sean del todo...
Un saludo