El marketing personalizado consiste en atraer a los clientes mediante mensajes personalizados que se adapten a sus características y necesidades particulares. La clave está en hacer que el cliente se sienta valorado y se sienta especial. Ahora bien, la teoría es muy bonita, pero ¿cómo conseguimos desarrollar ese mensaje personalizado?
Vamos a mostraros tres claves que nos ayudaran a realizar una buena estrategia.
1.- No solo se trata de escuchar, sino de saber escuchar
“Conoce bien lo que tus clientes quieren y lo que tu empresa hace mejor. Entonces céntrate en ese punto donde ambos factores se encuentran.”
Es una frase de Kevin Stirtz, experto en marketing y autor de varios libros sobre el tema, y que nos parece perfecta para explicar que “saber escuchar” es entender la comunicación desde el punto de vista del cliente. Tenemos que ser capaces de percibir las ideas y los pensamientos del comprador, y para ello nos fijaremos bien en su actitud, sus reacciones y sus gestos.
Es importante dejar a un lado nuestro papel de vendedor a toda costa: solo hay que fijarse en sus necesidades para descubrir cuál de nuestros servicios encaja mejor con el usuario.
2.- Conociendo bien al cliente obtendremos una mayor facturación
Una de las ventajas de las tiendas online es que nos permite conocer a nuestro cliente de forma fantástica. Es increíble la cantidad de datos que podemos recabar de alguien que haya hecho una compra en nuestra plataforma.
Por ejemplo, podemos conocer sus hábitos de consumo fijándonos en la wishlist y anteriores compras de nuestros consumidores. Y cuándo necesitemos más información, nos pondremos la gabardina de detective y saldremos a averiguar más sobre ellos en las redes sociales. Hay que aprovechar bien todas las ventajas que nos dan las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación).
De este modo, vamos a conseguir información valiosísima que facilitará la creación de nuestros mensajes personalizados.
3.- Da recomendaciones de productos que los clientes aún no conocen
Sin embargo, al tener a mano el historial de sus compradores, ofrecer una oferta o stock de un producto que el cliente ya conoce es algo de lo que muchas empresas pecan.
Normalmente, el consumidor no quiere que se le recuerde un producto o servicio que ya conoce, sino que prefiere conocer algo nuevo a lo anterior. Vamos a ver un ejemplo:
Tenemos una tienda de ropa online. Un cliente acaba de comprarse unas zapatillas. A la semana de la compra, cogemos y le enviamos un email con una recomendación de otras zapatillas del estilo.
¿Por qué iba el cliente a comprarse otro par a la semana de obtenerlas?
Le enviaremos un email, sí. Pero ofreciéndole una gama de productos que puedan combinar bien con sus zapatillas, como pueden ser unos calcetines, unos pantalones, una sudadera, etc.
Realizar un seguimiento del cliente será clave para conocerlo mejor, pero tendremos que tener mucho mimo a la hora de enviarle esos mensajes personalizados, con mucho cuidado de no atosigarle.
Fuente vía: Postcron