El estudio japonés Suppose Design Office ofrece en sus trabajos un estrecho diálogo entre la naturaleza y la arquitectura. Una simbiosis con la que pretende aprovechar al máximo los elementos naturales y beneficiar de forma sostenible sus construcciones.
Un ejemplo de ello es esta vivienda, de unos 200 metros cuadrados, de Itanogun, Tokushima. Simulando los efectos de un bosque en el que los árboles crean sombra y dejan entrever pequeños rayos de luz, las habitaciones se han dispuesto como los troncos de los árboles y el techo como si fueran las copas. Así, se consigue el efecto de sombra y a la vez la luz se filtra por pequeñas separaciones entre los techos-copa.
A pesar de que la zona de sombras y la luz filtrada son artificiales, uno tiene la sensación de estar bajo una colección de árboles, como estar en un espacio interior y exterior al mismo tiempo.
La vivienda, de una sola planta, tiene una sencilla fachada y en el interior las zonas comunes se abren al visitante mientras que las áreas privadas, como los dormitorios, lavabos y sala de té, se mantienen en cubículos, como un juego de cajas. Los volúmenes disponen de aperturas desde las que se puede conectar visualmente con el resto de la vivienda y otros cubículos.
La distribución, así como el uso de materiales naturales y neutros permite disfrutar de una amplitud y libertad de movimiento en esta vivienda japonesa.
Vía: diariodesign