Sentirse excluido no es fácil. Y eso es lo que sintió Anna Vives cuando consiguió su primer trabajo en un supermercado. La experiencia de esta joven con síndrome de Down fue nefasta. Según sus palabras, “nadie le ayudaba ni le decía lo que tenía que
Sentirse excluido no es fácil. Y eso es lo que sintió Anna Vives cuando consiguió su primer trabajo en un supermercado. La experiencia de esta joven con síndrome de Down fue nefasta. Según sus palabras, “nadie le ayudaba ni le decía lo que tenía que